La escuela inclusiva asume y valora la diversidad como base de su actuación con el fin de garantizar que todos los niños, niñas y jóvenes tengan acceso a una educación de calidad, justa y equitativa. Persigue el éxito educativo de todo el alumnado, favoreciendo el máximo desarrollo personal, social, emocional y académico.

Responder al alumnado desde planteamientos inclusivos exige impulsar estrategias que respondan a las necesidades individuales, eliminando aquellas barreras que puedan limitar su desarrollo integral. Esto implica cambiar sustancialmente la estructura, el funcionamiento y las propuestas pedagógicas de todos los espacios educativos.

El Diseño Universal de aprendizaje (DUA) es uno de los enfoques destinados a posibilitar la participación y la interacción de todo el alumnado en contextos educativos ordinarios, abordando el proceso de enseñanza y aprendizaje desde las necesidades y capacidades individuales.

Líneas de trabajo propuestas:

La Comunidad Inclusiva asume, respeta y valora la diversidad (social, cultural, sexual, funcional...) en nuestros barrios, pueblos y ciudades como el pilar básico desde donde comenzar a construir contextos inclusivos, participativos, equitativos, resilientes y sostenibles (Agenda 2030: ODS 1, 4 y 11).

La Comunidad Inclusiva tiene una clara intención transformadora que busca garantizar la accesibilidad, participación y disfrute de todas las personas en todas las infraestructuras comunitarias existentes en el territorio (centros socioeducativos, centros culturales, casas de juventud, casas de mujeres, centros de tercera edad, cafeterías, plazas, parques...); realizando además esfuerzos específicos encaminados a mejorar las condiciones de vida de los grupos sociales más vulnerables o excluidos.

Líneas de trabajo propuestas:

Equipamientos, servicios comunitarios y proyectos comunitarios: ocio (infancia, adolescencia y juventud), cultura-arte, diseño urbanístico, cuidados comunitarios, servicios sociales, interculturalidad, igualdad, vivienda, empoderamiento, inclusión sociolaboral, ...

La puesta en práctica de la inclusión en los centros educativos requiere un planteamiento diverso del proceso de enseñanza-aprendizaje que se fundamenta en un cambio de actitudes, de valores y de referentes en toda la comunidad educativa. Esto implica un cambio global en el sistema educativo y, en consecuencia, en los planteamientos metodológicos que se aplican.

Esta perspectiva inclusiva de la educación se basa en tres pilares claves:

a) La diversidad es un hecho natural, innegable y enriquecedor. Resulta urgente superar la visión problematizadora o asistencialista de la diferencia, rechazando las lógicas que obedecen a los estándares normativos e introduciendo nuevas formas de actuación más abiertas y flexibles.
b) Dicha aceptación y valoración de la diversidad conlleva el beneficio colectivo de eliminar las categorías y etiquetas, impulsando la transformación de un sistema educativo que, en muchas ocasiones, sigue diferenciando, encasillando y discriminando a parte del alumnado.
c) La inclusión va más allá de la integración y de garantizar el acceso, comprendiendo que tanto la participación como el logro educativo deben formar parte de toda propuesta inclusiva, y que ello conlleva cambios sistémicos más allá de propuestas metodológicas aisladas.

Líneas de trabajo propuestas:

Metodologías inclusivas: Acción escolar; Acción socioeducativa; Investigación-Acción-Participativa (IAP); Investigación inclusiva; Investigación Postcualitativa.
Ética de la investigación; Ética del cuidado; Pedagogía de la ternura; Pedagogía de la alteridad.

La escuela como institución educativa ha de ser sensible a las necesidades y las demandas socioeducativas emergentes o pendientes de abordar.

La escuela como promotora de un proyecto cultural comunitario ha de recoger las propuestas de coordinación entre escuela y sociedad. Así, el trabajo en red representa un elemento fundamental para la mejora de la función de la escuela en cooperación con la comunidad. Las dinámicas de trabajo en red que posibilitan la colaboración en la consecución de los fines educativos son aquellas que tejen relaciones en espacios comunes y diversificados a partir de la interacción sostenida entre profesionales, servicios e instituciones.

La formación de los y las profesionales resulta ser una de las claves para aplicar metodologías de trabajo en red, participativas, inclusivas y transformadoras, con mayor eficiencia y eficacia.

Líneas de trabajo propuestas:

Red y/o coordinación entre instituciones, servicios, profesionales, agentes (Caso de personas con enfermedades raras); estilos institucionales que propician la inclusión.
Acompañamiento y vida independiente.
Procesos formativos y comunicativos.